Sin dudas, en las últimas semanas, el doctor Julio Cassanello, actual presidente del Comité Olímpico Argentino, se ha convertido en uno de los personajes más polémicos de la opinión pública del país. Todo arrancó en la fiesta de despedida de los deportistas nacionales que viajaban a los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, cuando Martín Sharples, un supuesto atleta discapacitado (El Comité Paralímpico Argentino –COPAR- envió una nota diciendo que este hombre no está afiliado como atleta paralímpico), le increpó abiertamente su pasado a Cassanello. Y en esta entrevista exclusiva con Diario EL SOL, el titular del COA da su visión del presente que atraviesa.
"Haciendo mi propia autocrítica y con mi particular forma de pensar, tengo absoluta y plena conciencia y tranquilidad de que siempre me comporté con total rectitud en todos y cada acto de mi vida. No hice nada reprochable. De no ser así, no sería hoy juez de Cámara, elegido por el gobierno democrático en 1994; no habrían sido mis cuentas como intendente municipal aprobadas en aquel entonces por el doctor Armendáriz. Esta 'polémica' se basa en el mero hecho de hacérme responsable por haber sido intendente municipal de Quilmes", expresó Cassanello, quien fue jefe comunal de Quilmes entre 1979 y 1982, durante la dictadura militar.El letrado agregó que "hace 26 años que fui intendente y esto ocurre, paradójicamente, a un año de terminar mi mandato como presidente del COA y a consecuencia de un hecho que se produjo en oportunidad de una festividad que llevaba a cabo el Comité. Todo esto ocurre "casualmente" en el año en que se juegan los JJ.OO. Antes de esto era presidente en ocasión de los Juegos Panamericanos y era presidente cuando asistimos al congreso olímpico de Beijing, era presidente cuando hicimos en la Argentina la asamblea de comités olímpicos nacionales… Esto aparece de golpe y sorpresivamente ahora y sin ningún tipo de imputación concreta".
-¿Alguna vez fue citado a declarar por algún tipo de violación a los derechos humanos?
-Jamás recibí ninguna notificación ni fui citado a declarar, ni fui sometido a proceso alguno, en ningún carácter ni bajo ninguna circunstancia, en algún expediente judicial relacionado a derechos humanos. Mis antecedentes personales y mi conducta, han sido, sin que me quepan dudas, motivo de un detallado estudio en 1994, en plena de-mocracia, como necesario paso previo a ser nombrado por el gobierno democrático de esa época como Juez de la Cámara de Apelación Civil y Comercial de Quilmes.
-Pero hay informes que hablan de gente que acudió a usted, como intendente, por casos de secuestros y desapariciones…
-Es absolutamente mentira y lo desmiento categóricamente. En primer lugar, nadie me paraba por la calle; había una oficina en la que se concertaban las entrevistas y yo atendí a todas las personas o la mayoría de los que pidieron entrevistas. Jamás nadie me pidió nada sobre eso.
-Pero usted como intendente, ¿no sabía lo que estaba ocurriendo en el país?
-El que es honesto mentalmente sabe que yo, al igual que la mayoría de los argentinos en aquel momento, no sabíamos absolutamente nada de lo que estaba pasando. Esto se supo años después, en la democracia y era manejado en altísimos niveles, fuera del marco común. ¡Por mis nietos que yo no conocía lo que ocurría! En mi período, según lo que se supo después, estos hechos se habían minimizado a sus máximos alcances. Ahora, si me preguntás de haber sabido qué es lo que estaba pasando, si hubiera aceptado, te digo que no, rotundamente. No solamente lo ignoraba, sino que jamás tuve más leve insinuación sobre el tema. Recuerdo en el Mundial 78 y no me gusta repetirlo porque parece que hago apología cuando no lo es, el presidente (Jorge Videla) levantó los pulgares y lo ovacionaron 100 mil personas. No me jodan. Y te diría que muchísimos funcionarios de hoy lo fueron también en aquel momento. En mi caso, en lo que pasa ahora hay una intencionalidad.
-¿Cuál fue su vinculación con la represión militar?
-No tuve ninguna vinculación, ni de tratamiento ni de relación con las fuerzas armadas. Cuando fui designado intendente, yo como la gran mayoría de los argentinos carecía de todo conocimiento sobre la ocurrencia de hechos estatales violatorios de los derechos humanos; que como fácil les resultará recordar a quienes han alcanzado ya una determinada edad, recién vieron la luz con mucha posterioridad. Además, mi desempeño como intendente municipal fue de tono absolutamente administrativo y vecinal. Y como tal, ajeno y sin participación de ninguna clase respecto del accionar desarrollado por las fuerzas armadas.
-¿Por qué se lo asocia con el Ibérico Saint Jean?
-Muy simple: cuando a mí me designan, el gobernador de la provincia de Buenos Aires era él. A los 6 o 7 meses, con los cambios en el gobierno nacional, Saint Jean fue reemplazado por otro general, Oscar Gallino y poco tiempo después llegó el doctor Jorge Aguado, que era civil, un dirigente agropecuario, que terminó su mandato igual que yo. Es más, yo pude seguir un año más, pero no lo hice porque por primera vez me vino una instrucción de lo que debía hacer: como en un año iba a haber elecciones, había que cesar en cualquier realización pensada para la ciudad. Había que limitarse a administrar. En mi gestión puedo citar obras como los dos bajovías y el centro muni-cipal de salud, hoy el dispensario, dotado de la más alta tecnología; la planta potabilizadora de Bernal, entre otras.
-Sin embargo, hay investigaciones que hablan de 370 desaparecidos en Quilmes en distintos centros clandestinos de detención y más de 200 cuerpos NN en-contrados en el Cementerio de Ezpeleta…
-Esa investigación, como la que se vio en TV estos días, no contradice nada lo que digo, ni me hace tampoco ninguna concreta y puntual imputación personal. Basta con haberla observado para advertir que respondiendo a segundas intenciones sólo se ha buscado desprestigiarme, pues habla de que en Quilmes existieron centros clandesti-nos de detención y que hubo personas que desaparecieron y fueron enterradas en el cementerio local, pero en ningún momento señala que eso ocurrió en mi gestión o que yo tuviera conocimiento de tales circunstancias, que como ya dije, se conocieron en la democracia. Más aún, en el emblemático libro Nunca Más, que puso blanco sobre negro respecto de los hechos aberrantes ocurridos en la dictadura, aparecen infinita cantidad de nombres y situaciones pero ninguna hace mínima mención a mí o a mi gestión.
-¿Qué lo llevó a aceptar el cargo de intendente en 1979?
-Soy vecino de Quilmes de toda la vida, como lo es mi esposa, como lo fue mi padre hasta su deceso y como lo siguen siendo mi madre, mis dos hermanos y uno de mis hijos. Quilmes es mi patria chica; es la ciudad en la que me he criado, en la que hice mis estudios primarios y secundarios, contraje matrimonio y tuve a mis hijos. Me inicié a los 18 años como empleado del Juzgado de Paz, ejercí luego como abogado por espacio de 30 años y tuve incluso, el honor de ser elegido y reeligido por el democrático voto de sus asociados como presidente del Quilmes Atlético Club, Decano del fútbol argentino y del partido y el club de mis amores. Y fue ese sentir quilmeño una de las razones que hizo que aceptase ser intendente municipal, como un desafío de vecino, absolutamente convencido de la gestión a emprender, que desde el inicio contó con el consenso y la irrestricta colaboración de muy conocidos y respetados vecinos en todas las áreas, sacaría a la ciudad del aletargado accionar en el que se encontraba; dan-do paso a la concreción de obras y realizaciones que resultaban necesarias para la ciudad y que eran de ejecución posible, pero que no se hacían.
-¿Esta fue la única razón por la que aceptó el cargo?
-Fue decisiva, aunque también consideré que el gobierno militar que por aquella época conducía el país había anunciado públicamente que la designación de civiles como intendentes (reemplazando a militares) constituía una prueba piloto, que de resultar exitosa, pasaría a ser el primer paso que habría de conducir al ulterior llamado a elec-ciones generales. Así fue como también entendí que además de prestar un servicio a mi ciudad también lo prestaba al país, por considerar que también contribuía a la ace-leración de un proceso que llevaría a la democracia. Creo que ese fue el criterio que tuvieron los 310 civiles designados intendentes en aquella época, incluso algunos de perenne recordación, como quien continuara también siendo luego de varios períodos, ya en la democracia, intendente de Tigre, también por un partido vecinal, como el contador Ricardo Ubieto.
-¿Cumplió su cometido?
-Pienso que sí. En 1991, como candidato a intendente de Quilmes por un partido vecinal, carente por completo de los recursos y las estructuras que poseen los partidos tradi-cionales, pude contar con gran apoyatura de mis convecinos de siempre, que con su voto, hicieron posible que el vecinalismo disputase la intendencia palmo a palmo, ocupando un muy destacado segundo lugar, muy cercano al ganador, que fue el actual ministro de Justicia, el doctor Aníbal Fernández, quien también puede dar fe de mi trayectoria.
-¿Qué es lo que se le imputa entonces?
-El haber sido intendente entre 1979 y 1982. Claro está que a ello se lo busca enmarañar con solicitudes y requerimientos varios, que incluyen una reciente y absurda pre-sentación ante la Justicia Federal para que sea investigada mi gestión municipal de 26 años atrás. No les interesó ni les interesa a quienes la hicieron, carecer de todo con-creto apoyo fáctico y jurídico. Les resulta más que suficiente que el hecho sea difundido, que apareje consecuencias mediáticas y que se haya utilizado, en razón de tal pu-blicidad, por oportunistas de turno que nunca faltan, aún a niveles públicos, que aún totalmente ajenos al tema que motiva el ataque que se me está haciendo, buscan pro-mocionarse a cualquier precio, con total independencia de la dignidad de la persona a la que afecten, como ocurrió en mi caso.
-¿Cree que todo esto le está pasando por ser el presidente del COA, un organismo relacionado con los militares?
-Puede ser. Yo fui 12 años vicepresidente del COA y antes de eso ocupé otros cargos. Ahora hace 3 que soy presidente. ¿Y justo ahora aparecen los cuestionamientos?…
-¿Es una maniobra política?
-No tengas dudas. Son presiones de distinto tipo que están llegando a cualquier extremo tendientes a buscar desprestigiarme con miras a que renuncie a la presidencia del COA o a que no me presente a elecciones en el próximo período.
-¿Y con qué fin le hacen eso?
-Hay ambiciones personales y políticas. No puedo ser puntualmente preciso, pero hay alguien o algo que se está moviendo detrás de esto.
-¿Quién o qué es? ¿O se lo reserva?
-Intuyo quién puede ser, pero me lo reservo.
-¿Quién se beneficia si usted deja de ser presidente del COA?
-No sé exactamente quién, pero hay estamentos o personas que, no tengo dudas, que desean ocupar ese lugar. El COA es apolítico, sin fines de lucro e independiente. Y la única vía para llegar es siendo miembro de una de las federaciones nacionales, ¡y que te voten! Si no, no podés llegar.
-Entonces, esta movida en su contra sale de alguna de las federaciones deportivas…
-Sí, pero con acompañamiento, porque es evidente que también hay un operativo de prensa. No soy tan importante ni es tan importante la cosa como para que haya tenido la repercusión que tuvo. Lo que vi en la TV me pareció absurdo. Es lamentable que un medio armase un programa en base a ninguna imputación concreta. Sólo dicen que fui intendente de la dictadura, que en Quilmes hubo centros clandestinos de detención y desaparecidos, como en todo el país. Fue un revoltijo de cosas. Reitero, jamás fui citado. Y el que tuvo algo que ver con la represión, aunque sea así chiquito, fue procesado y encanado. Nadie me citó nunca y en la democracia aprobaron mis cuentas, evaluaron mis antecedentes y me designaron juez de Cámara.
-Cuándo se enteró lo que pasó en la dictadura, tal como dijo, luego de su mandato como intendente, ¿qué sintió?
-En aquel momento dije "caramba, ¡qué barbaridad!". De haber sabido esto, con seguridad no me hubiera metido, porque evidentemente estaba en el lugar equivocado; jamás hubiera sido intendente.
-¿Qué piensa de los juicios a los que están siendo sometidos los represores Menéndez y Bussi, por ejemplo?
-Voy a ser totalmente objetivo y no opino como abogado que soy, sino como una simple persona, un ciudadano. Yo pido en todo orden de cosas, que quien cometió algún hecho reprochable o aberrante, sea cual fuere, merece ser procesado y que se le aplique la sanción que le corresponde, se llame cómo se llame, y pertenezca al bando que pertenezca. Así de claro.
-¿Se arrepiente de algo de lo que hizo?
-No me arrepiento de ningún hecho que haya hecho en mi vida. Porque nunca hice nada, al menos voluntariamente, reprochable. Pude haberme equivocado. Si me decís, haber aceptado la intendencia analizado hoy, con todo lo que después se supo, no tengas dudas que no hubiera aceptado; y que en análogas situaciones, jamás volvería a aceptarlo. Pero cuando lo hice, en buena fe, por las razones que explicité, no tengo porqué arrepentirme porque no hice nada malo, al contrario, estaba en el convencimien-to de que mi gestión fue positiva. Y tan convencido estoy que estuve muy cerquita de volver a ser intendente en 1991.
-¿Qué piensa del comunicado de la Asociación Judicial Bonaerense, que califica una deshonra que usted integre el Poder Judicial?
-Tiene que ver con todo lo que pasa. ¿Hace 14 años que soy camarista y ahora se dieron cuenta de que había sido intendente? ¿Justo ahora? ¡Caramba! Digo eso, nada más.
-¿Y que el HCD de Quilmes lo designara persona no grata?
-Por la ciudad, lo único que me toca es la opinión de sus habitantes, de sus vecinos, que son los que me llaman todos los días para expresarme su solidaridad. Eso es lo que me interesa. Las gestiones pasan, pero los vecinos somos los mismos de siempre; y nos conocemos y mucho. No hay un vecino que antes me abrazara y que hoy me dé vuelta la cara. E igual que la pregunta anterior, ¿después de 26 años y con todos los intendentes que pasaron, se acuerdan de mí? No sé cuál es el motivo de ser "per-sona no grata".
-Fue una presentación de agrupaciones de Derechos Humanos.
-Yo desconozco porqué fue. Si es por haber sido intendente, ya dije todo lo que tenía que decir. Puede alguien no compartir este criterio. Yo así no lo entiendo pero respeto la opinión de cada uno.
http://www.elsolquilmes.com.ar/noticias.php?n_id=10067&edicion=260
1 comentario:
Yo le creo. Es un buen tipo y como muchos de nosotros, aunque haya tenido un puesto civil dentro la dictadura militar, podía desconocer estas cosas que se hacían en la clandestinidad...El mismo ha dicho que se lo recontra investigó en 1994. No cualquiera es Juez. Me parece sumamente injusto lo que están haciendo con el Sr Cassanello que es un buen tipo, un buen vecino, un buen hombre, honesto, por más que les pese a muchos.No se lo merece.Detrás de esto se nota que hay un interés más que político. ¿La verdad? Nunca la Argentina va a estar en paz, porque siempre va a ver dolor por lo sucedido, pero lo peor del dolor, es cuando se transforma en rencor a cualquier precio. Lo lamento por mi pais
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