Presentó su dimisión un día antes de que se tratara su caso en el COA, responsabilizando de su decisión a “un despiadado operativo mediático”. Era presidente del COA desde mayo de 2005.
Por Gustavo Veiga - Página 12
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Su pasado terminó por hundirlo. Julio Cassanello, anticipándose a quienes clamaban por su salida del Comité Olímpico Argentino (COA), renunció ayer por la tarde de manera indeclinable. Las denuncias que recibió por haber sido funcionario de la dictadura militar entre 1979 y 1982 fueron demasiada presión para él. En una carta de tres párrafos dirigida a los sesenta consejeros del COA, escribió que “desde hace largo tiempo intereses políticos y personales de distinta naturaleza han montado un despiadado operativo mediático tendiente a intentar menoscabar con mentiras y falsas imputaciones el honroso apellido que mi padre me legó”. Como contrapartida, hubo expresiones de repudio al dirigente y su alejamiento causó satisfacción en organismos de derechos humanos, funcionarios deportivos y varios atletas.
Claudio Morresi, el secretario de Deporte de la Nación, hizo una breve declaración desde Santiago del Estero, adonde había concurrido a un acto. Eligió hablar del futuro para tratar el presente: “Espero que el Comité que se forme ahora esté de acuerdo con los cambios que la gran mayoría de los argentinos votó y que pasan por tener un gran respeto a los derechos humanos”.
Pese a que Cassanello confirmó su alejamiento, quedó ratificado igual un acto que se realizará hoy en las puertas del COA, durante el que se iba a pedir su destitución.
Martín Sharples, uno de los deportistas que adhieren a esa movida, dijo: “Debemos ir igual para que se renueve todo el Comité Olímpico”. Y luego se preguntó: “Si Cassanello afirmó que juraba por sus nietos que no tenía nada que ver con los hechos que se le imputan, ¿por qué renunció? Es incoherente. Si se fue, será porque todo lo que se dice de él era cierto”.
La presidencia del COA quedó momentáneamente para Alicia Mosani de Morea, quien ejercía la vicepresidencia 1ª. Cassanello no les dio tiempo a sus colegas a que trataran su caso, que iba a discutirse hoy a las 18 en la sede del Comité, donde ocupaba el máximo cargo desde el 18 de mayo de 2005, luego de que le ganara la elección por apenas un voto a Mario Moccia. A los miembros de la entidad olímpica, el también presidente de la Confederación Argentina de Taekwondo les explicó en su renuncia que el presunto operativo para desplazarlo, “además de atentar contra mi buen nombre y honor, resulta violatorio de la independencia y plena autonomía institucional de nuestra entidad, que por expresa normativa de la carta olímpica y de su estatuto, debe –en cumplimiento de su cometido– rechazar enérgicamente cualquier clase de influencia política, económica, social, religiosa o de otro carácter, sea cual fuere su origen”.
Entre quienes aprobaron la renuncia, la diputada porteña Patricia Walsh dijo: “Con sus antecedentes antidemocráticos nunca debió haber encabezado el Comité Olímpico”. Por su parte, Graciela Muñiz, defensora adjunta del Pueblo de Buenos Aires, agregó: “No nos equivocamos en definir a este personaje como un oscuro cómplice de lo peor de nuestra historia”. También habían pedido que Cassanello se alejara del COA el ex tenista Martín Jaite, el prestigioso entrenador de atletas Osvaldo Suárez y los diputados Juan Cabandié, Alberto Burruchaga, Cecilia Merchan y Victoria Donda Pérez.
Hasta anoche, en la página oficial del Comité Olímpico su presidente renunciante seguía figurando como máxima autoridad, con su ya clásica fotografía donde siempre aparece sonriendo. Allí, entre sus antecedentes, se menciona que es juez de la Cámara Civil y Comercial de Quilmes. Pero no dice que ocupó el cargo de intendente del mismo distrito durante la peor dictadura de la historia, entre 1979 y 1982.
La presidencia del COA quedó momentáneamente para Alicia Mosani de Morea, quien ejercía la vicepresidencia 1ª. Cassanello no les dio tiempo a sus colegas a que trataran su caso, que iba a discutirse hoy a las 18 en la sede del Comité, donde ocupaba el máximo cargo desde el 18 de mayo de 2005, luego de que le ganara la elección por apenas un voto a Mario Moccia. A los miembros de la entidad olímpica, el también presidente de la Confederación Argentina de Taekwondo les explicó en su renuncia que el presunto operativo para desplazarlo, “además de atentar contra mi buen nombre y honor, resulta violatorio de la independencia y plena autonomía institucional de nuestra entidad, que por expresa normativa de la carta olímpica y de su estatuto, debe –en cumplimiento de su cometido– rechazar enérgicamente cualquier clase de influencia política, económica, social, religiosa o de otro carácter, sea cual fuere su origen”.
Entre quienes aprobaron la renuncia, la diputada porteña Patricia Walsh dijo: “Con sus antecedentes antidemocráticos nunca debió haber encabezado el Comité Olímpico”. Por su parte, Graciela Muñiz, defensora adjunta del Pueblo de Buenos Aires, agregó: “No nos equivocamos en definir a este personaje como un oscuro cómplice de lo peor de nuestra historia”. También habían pedido que Cassanello se alejara del COA el ex tenista Martín Jaite, el prestigioso entrenador de atletas Osvaldo Suárez y los diputados Juan Cabandié, Alberto Burruchaga, Cecilia Merchan y Victoria Donda Pérez.
Hasta anoche, en la página oficial del Comité Olímpico su presidente renunciante seguía figurando como máxima autoridad, con su ya clásica fotografía donde siempre aparece sonriendo. Allí, entre sus antecedentes, se menciona que es juez de la Cámara Civil y Comercial de Quilmes. Pero no dice que ocupó el cargo de intendente del mismo distrito durante la peor dictadura de la historia, entre 1979 y 1982.
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